Cómo conseguir que los niños coman de forma saludable
De todos es sabido la importancia de la buena alimentación para el desarrollo físico y mental de los niños. Una alimentación equilibrada y un ejercicio regular en la infancia favorecen un crecimiento adecuado y un desarrollo integral que permita una adecuada salud y una adquisición de hábitos que marcarán para el resto de la vida a los niños.
La adecuada alimentación de los niños es una constante preocupación de los padres y por ello compartimos con vosotros algunos tips que pueden seros de utilidad para conseguir ocuparos de este tema, pero no preocuparos en exceso.
Para comenzar es importante resaltar que en nuestra sociedad afortunadamente los niños están muy bien nutridos y tienen a su alcance, en la mayoría de los casos, no solo suficiente comida sino enormemente variada, por lo que hay que tomar este tema con calma y no obsesionarse. También es importante resaltar que a los niños, como a los adultos, hay sabores y texturas que no les gustan, que rechazan por diferentes motivos y lo primero que hay que tener es mucha paciencia.
Es posible que en este estado de cuarentena por el Covid-19 estéis notando que los niños rechazan más los alimentos, que comen menos o que están más caprichosos con las comidas. Es perfectamente normal!!!! Tenemos que tener en cuenta por un lado que el confinamiento hace que tengan menos actividad física por lo que “queman” menos calorías y es posible que pierdan un poco el apetito. Por otro lado, la situación completamente fuera de lo normal de estar en casa recluidos les afecta psicológicamente como a todos nosotros y esto puede llevar a que se vea afectado el apetito, no os angustiéis porque es lógico. Se están adaptando a una situación nueva.
Tips para facilitar que los niños coman mejor:
Partiendo de que no siempre van a comer todos los alimentos que queremos ni la cantidad que queremos, tendrán días mejores y peores pero algunos consejos son:
Comer sin televisión ni dispositivos.
No podemos pretender enseñar buenos hábitos de alimentación si lo primero que hacemos es distraer la atención del niño hacia otra cosa. Comer tiene que ser una actividad interesante y placentera y la atención del niño tiene que estar en el sabor, el color, la textura y la manipulación de la comida. Porque sí, es bueno que puedan tocar la comida y manipularla para experimentar con ella y aprender.
Comer en familia
Si es posible que hagáis las comidas todos juntos en familia mucho mejor, los niños aprenden por imitación y nada mejor que ver a los papás y hermanitos comiendo a su lado para que imiten la conducta. Además se sentirán más acompañados, fortaleceremos el vínculo y podremos aprovechar el momento de la comida familiar para charlar y pasar un momento agradable en familia. Es bueno que asocien la comida con un momento agradable en compañía de sus seres más queridos
Medir los tiempos
Los niños pueden comer en aproximadamente media hora (más o menos). Comer demasiado rápido no es bueno para su salud ni su digestión, alargar eternamente la comida porque coman mal, tampoco les va a enseñar a comer adecuadamente. Además prologarlo demasiado, si es mal comedor, hará que asocie el momento de comer con un “castigo” por tener que estar mucho tiempo ante el plato y se trata de que lo asocie a un momento agradable.
Cuando ha pasado el tiempo adecuado para cada plato y no se lo ha comido, lo retiraremos y esperaremos al siguiente momento de comida. Es decir, si no se ha comido todo en el almuerzo, le podemos insistir un poco, pero si aun así no come, esperaremos a la hora de la merienda, no le daremos nada hasta esa hora. Se trata de que él mismo vea la consecuencia de no comer, no como un castigo estando ante el plato ni como un premio dándole cualquier otro alimento en cuanto sienta el mínimo hambre.
Diferenciar entre nutrir y dar de comer
Para que la nutrición sea adecuada, los niños deben tomar todos los grupos de alimentos. Respetaremos que algunos le gusten más que otros pero no caeremos en la tentación de darles solo lo que les gusta con tal de que coman más. Esto no favorece el aprendizaje de hábitos saludables.
En este sentido tenemos que ser capaces de ofrecer alimentos que, aunque en un principio rechace, vaya probando poco a poco, sin ejercer excesiva presión pero tampoco permitiendo que no coma nada de lo que cree que no le va a gustar. Volvemos al tema de tener paciencia.
Autonomía
Si tiene capacidad para agarrar la cucharita e ir intentando comer solito, dejadles, si es más mayor, razón de más para dejarle comer solo. Se manchará, sí, pero cuanta más autonomía les permitamos para experimentar con la comida, más facilitaremos su interés por el momento de comer.
Cantidades adecuadas:
Ni todos los adultos comemos las mismas cantidades ni todos los niños comen las mismas cantidades, ni siquiera al ser de la misma edad. Observa más o menos la cantidad que come tu hijo y si está sano y tiene un peso y crecimiento adecuados, comprende que está comiendo la cantidad que por su físico y actividad, necesita. Según la cantidad que observas que es la que es capaz de comer, serán los platos que le sirvas. Una cantidad menor a la adecuada puede hacer que vaya comiendo menos y luego pida volver a comer antes de la hora de la siguiente comida (por ejemplo pedir merendar, al rato de haber comido). Una cantidad excesiva le enseñará que tus expectativas siempre son demasiado altas y hará que se acostumbre a dejar siempre comida en el plato o a rechazar la comida porque se angustie.
Cocinar con los niños
Deja que te ayude en la cocina, que manipule los alimentos a tu lado, si es pequeño ponle cerca de ti mientras cocinas y que vaya viendo y tocando los alimentos mientras ve el proceso. Si es más mayor, haz recetas sencillas con él. Conocer el proceso de realizar una comida le motivará a comerla después y fomentaremos su curiosidad por otros alimentos.
También es importante al cocinar que les presentes el plato de una forma atractiva.
La comida no es ni un premio ni un castigo
No acostumbres a tus hijos a que algún alimento forma parte de un premio ni el momento de comer se va a convertir en un castigo. Si asocian el momento de comer con un momento desagradable podemos provocar el efecto contrario y que utilice este momento, que sabe que nos preocupa, como una forma de llamada de atención . La comida, como cualquier otro momento es una actividad en la que debemos actuar como dice la disciplina positiva: con firmeza y cariño.
Dejarles decidir sobre algunas cosas
Es bueno que los niños puedan participar en el establecimiento de límites para que los cumplan mejor al saber por qué son necesarios y se responsabilicen de cumplirlos. En este sentido es bueno que les permitamos un cierto número de platos que no les gusten. Es decir, pueden elegir por ejemplo tres platos que no les gusta y no quieran comer, pero tiene que ser un número muy limitado y siempre sobre un plato en concreto, no sobre todo un grupo de alimentos (por ejemplo pueden no comer lentejas, pero no deben no comer legumbres). Nosotros ese plato no dejaremos de hacerlo en casa y servirlo al resto de la familia, siempre ofreciéndole la posibilidad de comerlo si lo desea, pero no obligando a comerlo. Recuerda, solo con un número reducido de platos.
También en este contexto podemos permitirle decidir en algún plato de su alimentación, siempre dándole un número limitado de opciones y siempre dentro del tipo de alimentos que consideramos deben tomar, por ejemplo preguntarle si desea de postre una pera, una manzana o un plátano.
En general, debemos comprender que la comida es algo relacional y el estado de ánimo de los padres o cuidadores contribuye mucho a mantener determinados comportamientos en los niños. El adulto es quien tiene que tener suficiente autorregulación para poder modelar la del pequeño.
En el estado en que vivimos de confinamiento, no es fácil para los adultos poder tener un equilibrio emocional, pensemos que menos capaces son los niños pues no tienen recursos para hacerlo y son muy sensibles a estas sensaciones de apetito.
Es importante poder acompañar al niño en este proceso ofreciendo buenos hábitos y buenos modelos más que obligarles o coaccionarles a comer con premios o castigos.
No existen recetas perfectas para conseguir que tu hijo coma siempre todo lo que quieres y de la forma que quieres, tener paciencia, firmeza y tratarles con cariño es lo básico para que el momento de comer sea un placer. Está en nuestra mano capacitar a nuestros hijos y motivarles para lograr este hábito tan importante en su vida y su salud.
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