Cómo gestionar el duelo

Todos en algún momento de nuestra vida tenemos que enfrentarnos a la pérdida de un ser querido. A menudo, en semejante situación, los adultos no sabemos cómo enfrentarnos ante nuestros propios sentimientos y más difícil aún, cómo enfocarlos frente a nuestros hijos. No sabemos si es conveniente decírselo o no ni cómo hacerlo, si les hacemos daño expresando nuestras emociones de tristeza y desconsuelo, si dejarles que nos acompañen en una última despedida, etc.

El dolor y sufrimiento que nuestros hijos van a pasar por la pérdida es algo que el adulto no puede evitar, ni de lo que les podamos proteger, lo que sí podemos es acompañar y ayudar a gestionar las emociones que van a surgir durante el período de duelo. Es importante validar la emoción de tristeza, tanto la propia como la de nuestros hijos. Es bueno que podamos expresar nuestros sentimientos ante nuestros hijos, pues eso les enseñará a exteriorizar sus sentimientos y vivirlos con naturalidad, sin calificarlos como algo malo o negativo. Las emociones existen, todas son igual de válidas, compartir la pena y el dolor es sano tanto para nosotros como para los más pequeños.

El duelo se sufre no solo ante la muerte de un familiar o amigo, sino ante cualquier situación que conlleve una pérdida o una necesidad profunda no cubierta. Sufrimos también proceso de duelo en los divorcios, en la pérdida de animales de compañía, en traslados a otra ciudad…

Es importante que no trates de aparentar ante tu hijo que no pasa nada, al contrario, habla con él sinceramente sobre lo que está ocurriendo, tranquilo, en intimidad, con mucho cariño, manteniendo la calma y sin desbordarte por la emoción.

  • Explícale que la situación no tiene nada que ver con el/ella, no es por su culpa (es común que los niños se sientan responsables por ejemplo en los divorcios).
  • Es mejor hacerlo los padres o cualquier persona de su círculo más cercano que sepa mantener la calma para no asustarle.
  • Si es menor de 7 años no le des explicaciones muy complejas, es mejor mensajes cortos y sencillos.
  • Hacerlo lo antes posible, para que no se entere por terceros o en situaciones contraproducentes.
  • Contesta a sus preguntas sin engañarle, seguro que a lo largo de los días irán surgiéndole muchas, no le digas que el ser querido volverá.
  • Explícale que es normal que se sienta mal, triste, confundido, preocupado, y que son sentimientos que irán pasando con el tiempo.
  • No evites hablar sobre el ser querido fallecido, es mejor evocar su recuerdo desde el cariño.
  • Dependiendo de la edad de los niños, pueden acudir por ejemplo al cementerio siempre que les hayáis explicado previamente lo que va a ocurrir.

Es importante explicarles lo que es la muerte con un lenguaje acorde a su edad y nivel madurativo ya que no es fácil de entender que el ser querido no va a volver, no está presente, no nos ve ni nos oye, nadie vive para siempre, etc.

El duelo tiene una serie de etapas como cualquier otro período de adaptación, los niños, tendrán días mejores y peores y en función de su edad es lógico que se produzcan alteraciones en la alimentación, el sueño, enfados, rabietas, ansiedad de separación, regresiones a conductas ya superadas como hacerse pis, problemas de atención o escolares. Una buena forma de enfocar este tema (como tantos otros) es a través de los cuentos, ya que los peques pueden sentirse identificados con los personajes o las situaciones que están viviendo.

Os recomendamos distintos cuentos en función de la edad de los niños:

De 3 a 6 años:
• Nana Vieja
• Para siempre

Niños de 6 a 10 años:
• El corazón y la botella
• El árbol de los recuerdos

Niños de 10 a 12 años
• Mamá se ha marchado
• Un Monstruo viene a verme

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